Tierras de luz… ¡una fuente inagotable de inspiración!
Del dibujo de nuestros paisajes, surge una composición siempre cambiante hacia la luz… luego, absorbida por sus colores surge esta pasión por el óleo, los barnices, los pigmentos para captar lo más fielmente posible esta emoción de infinidad de fenómenos.
Su manejo se convierte en una simbiosis entre el mineral, el agua, la planta y la luz, para participar del impulso vital de los elementos de la naturaleza, y de los estados de ánimo de sus metamorfosis.
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