Myriam y Luc ROBERT operan su finca familiar con el deseo de producir vinos en armonía con sus personalidades y representativos de su terruño.
Sus vides se encuentran en una zona muy salvaje y aún se conservan del mundo moderno.
En un radio de 1 km alrededor de las parcelas, sólo el tomillo, el romero, los pinos, la coscoja ... conforman un entorno natural, un entorno que protege los cultivos de la contaminación y contribuye a la estética de este pintoresco paraje.
Sus personalidades se expresan a través de la elección de las variedades de uva y el perfil de sus vinos, especialmente la pureza del material y un toque inolvidable en el paladar.
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